Fundación EDPNoticias

Con el programa EDP Solidaria, el interés de la Fundación EDP reside no solamente en apoyar financieramente a proyectos sociales con potencial de impacto social u ambiental, sino también en darles herramientas para que maximicen este impacto.

Es por eso que creemos en la medición de impacto social. Pensamos que es fundamental que todas las organizaciones que trabajan en el sector , sepamos qué diferencia estamos generando en las personas o el contexto que pretendemos cambiar: ¿Algo ha cambiado? ¿Alguien ha cambiado? ¿De qué manera? ¿Podríamos haber beneficiado a más personas con los recursos disponibles? ¿Podríamos haber cambiado más este contexto o estas personas con los recursos disponibles en nuestra organización?

Para apoyar esta reflexión y promover la gestión por impacto, la Fundación EDP ha solicitado a las organizaciones que participaron en EDP Solidaria en el año 2016 que informen sobre la Teoría del Cambio e indicadores de impacto de los proyectos financiados, comparando los cambios efectivamente logrados al final del proyecto, con el punto de partida (“línea de base”) para cada tipo de beneficiario. Hemos “organizado” posteriormente estos indicadores de cambio específicos de cada proyecto de acuerdo a las grandes categorías transversales del modelo LBG: Impacto en la Comunidad (cambio en las percepciones/actitudes, cambio en competencias o en calidad de vida); Impacto en organizaciones e impacto en el medio ambiente.

El resultado de este ejercicio nos ha permitido identificar cuántos fueron, realmente, las personas que se beneficiaron -directamente o indirectamente- de los proyectos apoyados, y de qué manera éstos han influenciado en ellas. Según las organizaciones, son 48.533 personas, de las cuales 24.229 fueron beneficiarios directos.

Casi todos los beneficiarios directos han cambiado, de una manera u otra, su comportamiento o actitud. Esta mejora fue reportada por casi todos los proyectos (87%). Mencionamos por ejemplo la muestra representativa (menos del 5% de margen de error) que ha respondido a la encuesta de APACI en el contexto del proyecto Cremalleras, donde un 97% reporta haber mejorado su conocimiento sobre enfermedades cardiópatas congénitas y un 65% dicen haber cambiado su percepción sobre las personas que sufren de las mismas.

Adicionalmente, se estima que un 7% del total de beneficiarios directos han mejorado sus competencias. Estas mejoras de competencia fueron reportados en 11 de los 15 proyectos (73%) y se refieren a una gran variedad de competencias diferentes: competencias técnicas (relacionada con la cubierta vegetal de Fundación Tomillo por ejemplo), tecnológicas, competencias para el empleo, habilidades sociales, o académicas (para los estudiantes apoyados por la Fundación Soñar Despierto), entre otros.

Por último, se estima que un 3% del total de beneficiarios ha mejorado su calidad de vida. Se trata de un número relativamente bajo, porque los cambios más sustanciales y duraderos (que pueden ser asimilado, en determinadas circunstancias, a mejora de la calidad de vida) ocurren en un plazo más largo que el horizonte de los proyectos aquí analizados. Muchos proyectos trabajan primero en cambiar actitudes o mejorar competencias, con el objetivo a medio-largo plazo de incidir positivamente en la calidad de vida.

Se adjunta una información un poco más detallada del impacto conseguido por cada una de las organizaciones.

Informe de impacto- EDP Solidaria 2016